Por Tomás Valle
Royston Drenthe llegó al Real Madrid en 2007 a cambio de 14 millones de euros. Gracias a su buen hacer en el Feyenoord, donde dio sus primeros pasos como futbolista, y tras haber sido nombrado como el mejor futbolista de la Eurocopa Sub-21, el neerlandés se convirtió en jugador merengue, pero su paso fue totalmente intrascedente y hoy lleva una vida totalmente diferente.
El pasado mes de agosto se comprometió con el Racing de Mérida, pero a los pocos meses puso rumbo de nuevo a casa, entrenando en el club neerlandés del Kozakken Boys, de Werkendam. Ahora bien, no solo se dedica a entrenar, ya que se dedica a otras labores lejos de los terrenos de juego, trabajando en la sanidad.
“Toda mi familia se ha dedicado siempre a la atención sanitaria. Mi tía Helen es enfermera. Mi madre y mi tía trabajan en cuidados. Hace unos años ya pensaba: ‘¿Por qué no hago también formación y cursos y veo lo que me aporta?’”, explicó a ‘Nos’ el ex Real Madrid, quien todavía sigue ligado al fútbol porque tiene ganas de “divertirse unos años más”.
“Quería ir a ver lo que se siente en el taller”, así como hizo hace muy poco, cuando se puso a trabajar en un pabellón con personas con demencia: “Había una anciana que asustaba a los compañeros. Era un poco agresiva. Ahí es donde la superviso”. Además, reconoce que le “ayuda a ser mejor persona en esta sociedad. Siempre he estado acostumbrado al glamour en el fútbol”.
22/12/2024
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