Por David Arengas
La victoria del Barcelona en el Clásico quedó marcada por dos hechos contrastantes: una exhibición táctica impecable y un episodio lamentable de racismo. Mientras los culés demostraban su superioridad en el campo, las gradas del Bernabéu se convertían en un escenario de insultos racistas dirigidos a Lamine Yamal y Alejandro Balde.
La celebración del gol de Yamal, un joven talento de origen marroquí, se vio empañada por los gritos racistas de una minoría de aficionados madridistas. Los insultos, claramente audibles en los vídeos difundidos en redes sociales, revelan un problema persistente en el fútbol español.
Este incidente no es un hecho aislado, sino que se suma a una larga lista de episodios racistas que han manchado el fútbol español en los últimos años. Jugadores como Vinicius Jr. han sido víctimas de ataques similares, lo que demuestra que el racismo sigue siendo una lacra en nuestro deporte.
La pregunta que surge es: ¿cómo podemos acabar con este problema? La respuesta no es sencilla y requiere un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados:
El racismo no tiene cabida en el fútbol ni en la sociedad. Es hora de actuar de manera decidida para erradicar este flagelo y construir un deporte más justo e inclusivo.
21/12/2024
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