Los jugadores cantaron con los fans, así festejó Simeone el triunfo de Atlético

Atlético de Madrid y Sevilla protagonizaron un emocionante e igualado choque en los cuartos de final de la Copa del Rey, celebrado en el Civitas Metropolitano en la noche de ayer. Se terminó llevando la victoria el equipo local por la mínima con un gol de Memphis Depay ya en las postrimerías del duelo. Con eso, el equipo del Cholo pudo certificar su clasificación para las semifinales de la competición copera.

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Ambos equipos batallaron como jabatos hasta el pitido final y el choque, de hecho, estuvo totalmente abierto desde el primer segundo del partido hasta el último. Cualquier final podría haber acontecido, pero, al final, la inercia de las dinámicas fue el detonante para que los rojiblancos se llevaran el gato al agua.

El Sevilla ansiaba la victoria para brindarle una pequeña alegría a una afición que este año está sufriendo de lo lindo. La hinchada hispalense volvió a demostrar una vez más su perenne lealtad a su escudo. La situación en LaLiga es realmente preocupante, con el descenso amenazando tan sólo un punto por debajo y con un juego que no convence a nadie. Es por eso que una clasificación para las semifinales de la Copa del Rey podría haber supuesto un pequeño injerto de ilusión en una de las temporadas más desilusionantes de la historia del Sevilla.

El Atlético, por su parte, en un escenario ampliamente más colorido que el sevillista, quiere volver a levantar un título. La Copa del Rey, en este caso, se les está estancando a los del Cholo desde el 2013 y ya siendo hora de remediarlo. Además, esta temporada, sin Barça ni Madrid en las rondas finales, es la oportunidad de oro.

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La celebración de los jugadores y del Cholo

Aunque sea una de las competiciones menores, a los colchoneros les llena de ilusión poder levantarla. Sueñan con ello. Y eso se demostró una vez certificada la clasificación, cuando los jugadores festejaron con mucha celeridad y entusiasmo junto a su hinchada. Diego Pablo Simeone, por su parte, se dirigió directamente al vestuario, aunque lo hizo también dando brincos de euforia.