Por Tomás Valle
Salir campeón de un Mundial no es cosa de todos los días, y Diego Simeone lo sabe. En los últimos días Erik Ten Hag ‘amenazó’ en público a Lisandro Martínez al decirle que entendía los festejos de la Selección Argentina pero que debía retornar cuando antes al Manchester United para el partido del 27 de diciembre.
Ahora bien, el Cholo Simeone tomó una medida completamente distinta a la del neerlandés. El entrenador del Atlético de Madrid, quien estuvo en el estadio Lusail para presenciar la final ante Francia, se solidarizó con Nahuel Molina, Ángel Correa y Rodrigo De Paul y les dio dos días más de descanso.
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Otro que también disfrutó este beneficio fue el portero croata Ivo Grbic, quien disputó el choque del tercer puesto ante Marruecos un día antes de la final. En la misma línea, Antoine Griezmann también tenía permiso de extender sus vacaciones, pero el delantero francés decidió no hacerlo y ya se puso a disposición de Simeone.
Simeone presenció con orgullo la final de la Copa del Mundo, no solo porque su país consiguió su tercera estrella, sino también porque pudo ver a 3 de sus dirigidos (Molina, De Paul y Griezmann) disputando el partido decisivo de un Mundial. Correa, por su parte, vio el choque desde el banquillo, pero el hecho de que haya habido 4 colchoneros convirtió al Atlético en el equipo con más representantes en la final.
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