Por David Arengas
En un hito histórico para el fútbol brasileño, el partido entre Brasil y Uruguay marcó el debut de un nuevo protocolo antirracista. La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) implementó este martes un gesto universal para denunciar abusos racistas durante los encuentros, convirtiendo a Brasil en pionero en la lucha contra este flagelo en el deporte.
El gesto, que consiste en cruzar los brazos a la altura de las muñecas, permitirá a los jugadores señalar directamente al árbitro cualquier acto racista que sufran durante el partido. Ante esta señal, el árbitro deberá seguir un protocolo de tres pasos: interrumpir el juego, ordenar la salida del campo del jugador infractor y, en caso de persistencia, abandonar el partido.
Vinícius Jr. lidera la lucha
Vinícius Jr., delantero del Real Madrid y de la selección brasileña, ha sido una de las principales víctimas del racismo en el fútbol español. Su voz y su lucha han sido fundamentales para impulsar la implementación de este nuevo protocolo. "En este día, es muy importante por todo lo que hemos pasado y por todo lo que ha hecho la CBF, junto con la FIFA, junto con todos los jugadores, estamos juntos en esta lucha. La intención es que en un futuro muy cercano más y más podemos tener menos casos de racismo", afirmó el jugador.
Bahía, un símbolo de la lucha contra el racismo
La elección de Bahía para el debut de este protocolo no fue casualidad. Considerada la ciudad más negra fuera de África, Bahía se convierte en un símbolo de la lucha contra el racismo en Brasil. Ednaldo Rodrigues, presidente de la CBF, destacó la importancia de este partido: "El partido del equipo en Bahía marcará el lanzamiento oficial del protocolo contra los actos racistas en el fútbol brasileño".
Un paso adelante en la lucha contra el racismo
La implementación de este protocolo representa un paso significativo en la lucha contra el racismo en el fútbol brasileño. Al adoptar un gesto universal y un procedimiento claro, la CBF envía un mensaje contundente: el racismo no tiene cabida en el deporte.
Sin embargo, la lucha contra el racismo es un proceso continuo que requiere el compromiso de todos los actores involucrados: jugadores, árbitros, federaciones, clubes y aficionados. La implementación de este protocolo es un primer paso importante, pero aún queda mucho por hacer para erradicar por completo este flagelo del fútbol.
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