Por Diego Becerra
El Cholo Simeone ha vuelto a ser el centro de todas las miradas tras sus últimas declaraciones en las que pide sanciones para los jugadores del Real Madrid que provocan a las hinchadas rivales. Sin embargo, sus palabras han desatado una ola de críticas y cuestionamientos sobre su propia conducta a lo largo de su carrera.
"Le dije que estuviera tranquilo, pero también le dije que no justifica en absoluto esa respuesta: no necesitamos a esa gente, "Tenemos que tener cuidado con hacernos la víctima, se ve claramente que Courtois se dirigió a los aficionados [haciendo un gesto] y se rió y eso también hace que esto ocurra". "Todos tenemos que ayudar", advirtió Simeone. "La gente que tiró esos mecheros, como también pasó en el Bernabéu cuando Courtois era jugador nuestro y recibió un golpe en la cabeza, no lo está haciendo bien. Pero nosotros, los protagonistas, probablemente tampoco ayudamos cuando subestimamos a la gente, agobiamos a la gente, provocamos a la gente y la gente se enfada",
Simeone ha construido su leyenda como un entrenador apasionado y ganador, pero también como un estratega que no duda en utilizar cualquier recurso para conseguir la victoria. A lo largo de los años, el técnico argentino ha protagonizado numerosas polémicas por sus celebraciones excesivas, sus enfrentamientos con árbitros y sus provocaciones a la afición rival.
La hipocresía de pedir sanciones
Ante este historial, las recientes declaraciones de Simeone pidiendo sanciones para el Real Madrid resultan cuanto menos contradictorias. ¿Cómo puede alguien que ha protagonizado tantas provocaciones a lo largo de su carrera pedir ahora que se sancione a otros por hacer lo mismo?
Los aficionados y los expertos en fútbol han sido unánimes en señalar la hipocresía del técnico argentino. Muchos argumentan que Simeone está utilizando el reglamento para su propio beneficio, buscando perjudicar a sus rivales mientras se protege a sí mismo y a su equipo.
¿Una estrategia o una verdadera preocupación?
Es posible que las declaraciones de Simeone no sean más que una estrategia para desviar la atención de los problemas de su equipo o para presionar a los árbitros antes de un partido importante. Sin embargo, también es posible que el argentino esté experimentando un cambio de actitud y que realmente quiera un fútbol más limpio y respetuoso.
Lo que está claro es que las palabras de Simeone han abierto un nuevo frente en la eterna rivalidad entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid. Y es que, más allá de las polémicas, lo que está en juego es la imagen del fútbol y el respeto entre los rivales.
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