Por Tomás Valle
Que a Lionel Messi nunca le gusta salir del campo es algo obvio que a lo largo de la historia así lo ha dejado saber muy en claro. Sin embargo, en el empate del día de ayer frente al Mónaco al entrenador mucho no le importó esa cuestión y optó por cambiarlo para así buscar otras alternativas en el equipo que finalmente no consiguió los ansiados tres puntos.
Como era de esperarse, esta situación no le gustó para nada al argentino, quien apenas se sentó en el banquillo puso una cara de disgusto que rápidamente hizo eco en todo el mundo. Con un gesto elocuente, Messi dio a entender que no le había sucedido nada y que no sabía por qué había sido reemplazado, dejando en evidencia así a un Galtier que quedó como el malo de la película.
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Si bien desde el club habrían asegurado que que a Messi no le gusta salir en los partidos y prefiere terminarlos dentro del campo de juego y lejos de ser un foco de conflicto, se trato de una reacción natural de un futbolista que quería terminar el partido en el campo para poder ayudar al equipo a conseguir la victoria.
Lo cierto es que esto puede ser un antes y un después en la relación entre ambos, el argentino es un hombre de carácter y siempre que tiene un problema, suele ser bastante duro. Más allá de eso, de momento no se sabe mucho de como terminó todo en los vestuario, aunque la última imagen que se vio en el campo fue la de un Messi muy disgustado con la situación.
23/11/2024
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