Por Tomás Valle
Alejandro Gómez fue sancionado hace un mes por la FIFA luego del positivo que salió en una prueba antidopaje realizada antes del Mundial de Qatar. El “Papu” recibió dos años de inhabilitación deportiva por este caso que dio la vuelta al mundo y que aún sigue generando repercusión con las novedades judiciales que se están llevando a cabo. El jugador del Monza y su equipo de abogados están haciendo todo lo posible para apelar el fallo y revertir esta difícil situación, la cual haría pensar al jugador en colgar los botines definitivamente.
El sitio Relevo.com informó algunos de los pormenores del caso, que desde que se dio a conocer ha tenido algunos giros inesperados. Tal como se publicó anteriormente, Alejandro Gómez habría ingerido un jarabe para la tos que contenía terbutalina, una sustancia específica prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), tanto en momentos de competencia como fuera de ella, la cual le habría generado este positivo tras una práctica en el Sevilla. Para poder evitar la pena por consumo, el jugador debía tener una "justificación excepcional" que explique la situación, según la AMA.
Allí fue donde Alejandro Gómez señaló a su mujer, Linda Raff, como la culpable de todo este asunto. Al parecer, el campeón del mundo llegó a presentar seis apelaciones y la primera de ellas explica los detalles de este consumo. Gómez afirmó que: "volvió a casa con una fuerte tos, razón por la cual su mujer le administró por error una cucharada del jarabe con la intención de calmar las reiteradas molestias de la tos". Esta versión trata de señalar que en definitiva "se trató de una ingesta inconsciente inducida por un error de la mujer del deportista". Además, el ex Atalanta confirmó que el remedio se encontraba a disposición en su hogar tras ser prescrito nueve meses antes para su hijo (adjuntó fotografía de la prescripción médica).
En primera instancia, la respuesta del comité sancionador de la CELAD fue tajante, ya que no aceptó la apelación debido a que “en este caso, no se trata de un alimento o bebida, sino nada menos que de un medicamento, que el deportista no puede consumir sin comprobar”. Sumado a ello, Alejandro Gómez ""lejos de mostrar ausencia de culpa, revela una falta evidente de precauciones normales y exigibles a un deportista profesional de primer nivel, que merecen la calificación de negligencia grave". Es por ello que Papu recibió una inhabilitación de dos años de licencia federativa y una multa de 9.000 euros.
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
23/11/2024
22/11/2024
22/11/2024
22/11/2024
22/11/2024
22/11/2024