Hinchas se niegan a ir a Santiago Bernabéu y Atlético jugará casi sin público

El domingo a las 21h (hora española) se disputa uno de los choques más emocionantes de LaLiga en lo que resta de temporada. Merengues y rojiblancos vuelven a verse las caras por tercera vez en un mes y el duelo se augura de lo más trascendental para el devenir de ambos en la pelea por el campeonato liguero.

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A principios de enero, ambos elencos se vieron las caras en Arabia Saudí para la disputa de las semifinales de la Supercopa de España. Fue un choque apasionante, una oda al fútbol que tuvo que decidirse en la prórroga. Terminaron venciendo los de Carlo Ancelotti, quienes, además, luego se proclamaron campeones del torneo tras ganar también a FC Barcelona en la gran final.

La semana siguiente, la Diosa Fortuna determinó que los dos equipos madrileños debían volver a reunirse para jugar los octavos de final de la Copa del Rey, campeonato que el Real Madrid venció el pasado curso. Esta vez, la moneda cayó del lado rojiblanco y, en otro espléndido e igualado partido que también se definió en la prórroga, los del Cholo Simeone se impusieron a los de Ancelotti y accedieron a los cuartos de final de un torneo en el que todavía siguen vivos.

Ahora, este domingo, se enfrentan en LaLiga. El Real Madrid es el actual líder de la clasificación y el Atlético quiere, a toda costa, reducir la distancia con ellos para poder aspirar a campeonar. Por tanto, se augura un choque importantísimo para el devenir de ambos en la competición. Si los blancos vencen, dejan prácticamente en fuera de juego a los colchoneros en la competición doméstica.

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Pocos aficionados del Atlético acudirán

El partido se juega en el feudo del equipo de la Castellana, el Santiago Bernabéu, y apenas un centenar de aficionados del Atleti han comprado su entrada para acudir al choque. Esta es una tendencia que viene alargándose en las últimas temporadas y hay un motivo que lo explica. El Real Madrid pone la entradas para la grada visitante a más de 90 euros y ese un precio que los colchoneros no están dispuestos a asumir.