Laporta impone su autoridad, rechaza al favorito de Deco para banquillo de Barça

En principio, y pese a que el curso no esté siendo todo lo bueno que se esperaba, el de 2024 se antojaba como un mercado veraniego relativamente calmado en los despachos del Camp Nou. Sí que se iba a tratar de acometer algún que otro fichaje y de vender a varios integrantes del plantel, pero poco más. De hecho, ya estaban (y están claros) los objetivos y se tenía determinados los nombres de los futbolistas que iban a tratar de incorporar a la dinámica culé.

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Sin embargo, el anuncio de Xavi de su abdicación como técnico culé al término de la temporada ha cambiado todos los planes. Ahora, la prioridad absoluta y máxima es la de tratar de hallar al sustituto adecuado del técnico egarense. El periplo del de Terrassa en el banco azulgrana no ha fructificado tal y como se esperaba y apenas se ha prolongada dos años y medio en el tiempo.

Desde que se hiciera oficial su decisión, empezaron a deambular una enorme cantidad de rumores sobre quién iba a ser el próximo técnico azulgrana. Sonaron nombres utópicos como el de Pep Guardiola, José Mourinho o incluso Jurgen Klopp. Otros menos pretenciosos como el de Thiago Motta o el de Rafa Márquez. No obstante, parece que el dilema está empezando a llegar a sus postrimerías.

El director deportivo culé, Deco, tenía un favorito, Sergio Conceiçao. No sólo por ser compatriota suyo, sino porque también anunció que dejaba su equipo, el Porto, a final de temporada y, además, su agente es Jorge Mendes. Sin embargo, Joan Laporta se ha negado rotundamente. El presidente aspira a traer a un técnico con mayor reputación y fantasea con Jurgen Klopp.

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Deco, sobre el próximo entrenador

Esto dice Deco sobre cómo espera que sea el próximo entrenador del equipo azulgrana: "De momento, no hemos hablado con ningún entrenador. Estamos asimilando la salida del míster. La decisión será el club. Las decisiones no son de una sola persona. El que venga tiene que seguir una línea de trabajo, difícilmente seremos un equipo que no quiera jugar bien, que no quiera tener el balón. Partiendo de esa idea, cada entrenador tiene sus características, pero el que venga tiene que tener ambición y hambre para hacer grandes cosas. Y saber a dónde viene".