Por Tomás Valle
El fichaje de Rapinha está al caer como así ha informado Fabrizio Romano, quien ha asegurado que el brasileño "siente que su fichaje por el Barcelona es "inminente", con una propuesta verbal final de 72 millones de euros garantizados, con todos los detalles incluidos". Y mientras Barcelona y Leeds se ponen de acuerdo por los números finos de la operación una señal de alarma se enciende en el vestuario liderado por Xavi Hernández.
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El primer implicado en el malestar blaugrana es Gerard Piqué. El central catalán, que Xavi ha querido echar, no está contento con la forma como se está manejando la economía de la entidad azulgrana, que tantas veces le ha pedido un esfuerzo económico aduciendo una economía frágil, que el pase de Raphinha contradice.
Además, Piqué ya le ha dicho a su entorno más cercano que no piensa bajarse otra vez el salario, sobre todo porque si te gastas una impresionante cantidad de dinero por un jugador del Leeds United, es que la situación del club no es tan mala. En la misma situación están Busquets y otros referentes. Incluso Dembélé quien renovó a la baja.
El fichaje de Raphinha por una cantidad cercana a los 72 millones de euros, es más cosa de Joan Laporta, que del propio Xavi Hernández, quien considera que con Ansu Fati, Ferran Torres, Ousmane Dembélé, Memphis Depay e incluso Pierre-Emerick Aubameyang, las bandas están más que cubiertas.
La situación económica en el Barça no está para tirar cohetes, o al menos así lo piensan sus socios y la propia Liga, quien ya le ha advertido una vez más a los azulgranas sobre el Fair Play Financiero. Y ahora, la plantilla también.
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