Por Tomás Valle
En el marco de una reestructuración financiera que tiene como objeto que el presupuesto asignado a la plantilla cuadre con el tan mentado fair play financiero que limita la cantidad de contratos, el Real Madrid realiza ajustes con la política de bajas. Con el afán que el posible arribo a la Casa Blanca por parte del francés no se tope con la misma traba que el FC Barcelona se encontró al querer refichar a Messi.
En ese marco, los dirigentes merengues trabajan para propiciar la salida de uno de sus jugadores en otro tiempo protegidos. Se trata del malagueño Isco, un jugador que proyectaba muy bien y que en el último tiempo bajó bastante su nivel.
A tal punto llegó la situación con el Real Madrid de tener pocos minutos en la cancha con Zidane en la pasada temporada. La cotización era de 30 millones de euros para quien quiera hacerse de sus servicios.
La falta de ofertas por el jugador, dentro del rango de cotización que le estableció el Real Madrid, obligó a los merengues a reestructurar, castigar y rebajar el precio de venta de Isco. La reducción del costo de la ficha se redujo significativamente.
El precio de venta que la Casa Blanca le puso al futbolista es de 18 millones de euros. Poco más de la mitad de la cotización anterior. La idea es bastante clara: “regalarlo” en pos de lograr un ingreso de dinero, y también tener que abonar un contrato menos. Algo clave para estar a tabla con LaLiga en términos financieros.
27/12/2024
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