Por Tomás Valle
Barcelona vive uno de los mercados de pases mas importantes de su historia, ya que lo que suceda puede cambiar el futuro de la institución. Sumergido en una crisis económica sin precedentes y con una plantilla sin mucha jerarquía, en comparación a lo que está acostumbrado su afición.
Esta situación obliga al conjunto catalán a cuidar las arcas del club y, al mismo tiempo, ir en búsqueda de nombres que le den un salto de jerarquía al plantel. Algo que se le está dificultando en gran parte desde el lado económico. Sin ir mas lejos, uno de los nombres que mas le gusta a Joan Laporta no podría comprarlo.
Se trata de Robin Gosens, una de las figuras del Atalanta. Quien tiene un valor cercano a los 50 millones de euros, dinero que el Barca no puede abonar en estos momentos, según informa fichajes.com. La poca predisposición de los italianos en generar un plan de pagos obligaría a la directiva blaugrana a pensar en otras alternativas.
En ese sentido, el conjunto catalán tiene dos opciones. Puede apostar por los juveniles del club y darle una oportunidad a un futbolista sin experiencia en la máxima categoría, pero que conoce los pasillos del Camp Nou. O puede salir en búsqueda de una alternativa mas económica a la del alemán.
Una de las opciones que manejaría Laporta sería Kingsley Coman, quien podría llegar como futbolista libre. El francés no estaría llegando a un acuerdo con la directiva del Bayern Münich y en poco tiempo podría negociar con cualquier equipo del mundo, con el atractivo de no costar un solo euro.
Tiempos difíciles los que atraviesa Barcelona, que lo obligan a pensar en alternativas que en otros tiempos no hubieran tenido lugar en el club. Una herencia pésima la que dejó Josep María Bartomeu y que le llevará muchos años de sacrificio a la institución para poder sacarla adelante.
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