Por Tomás Valle
El Deadline Day terminó de finiquitar todos los detalles a nivel europeo en cuanto a la conformación de plantillas. Uno de los que más gasto fue indudablemente el Barcelona que invirtió alrededor de 200 millones de euros por futbolistas como Robert Lewandowski, Raphinha, Jules Koundé, Christensen, entre otros.
Además de gastar mucho, en el último día del mercado el Barca estuvo muy activo en cuanto a la salida de futbolistas como Dest, Aubemayang, y Braithwaite. Mientras el equipo culé estuvo definiendo todo muy sobre la fecha, en el Real Madrid hubo una calma extrema que le propinaría una nueva lección al conjunto culé sobre cuál es mejor club.
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Para poder ser una institución considerada como la más dominantes del mundo o aunque sea una de ellas, no solo se necesita de ganar títulos. Lo que marca la diferencia entre clubes promedio y clubes de élite es el orden institucional y principalmente el proyecto deportivo. La capacidad de seguir un plan a rajatabla sin improvisación marca la seriedad de una institución.
Esta es justamente la gran diferencia entre Real Madrid y el Barcelona que hace al club blanco el mejor del mundo indiscutiblemente. A diferencia de los culés, en el conjunto merengue ya se habían asegurado la llegada de incorporaciones como las de Rüdiger y Tchouaméni en el comienzo del mercado. Asimismo, tampoco se focalizaron en gastar el buen ingreso que recibieron por Casemiro y lo tienen a disposición para compras futuras. Florentino Pérez y su gran planificación en el club blanco otra vez humillan a un desesperado Barcelona.
28/11/2024
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