Por Tomás Valle
Cuando Luis Suárez llegó Atlético de Madrid, fue en medio de un mar de incertidumbre debido a que venía en condición de libre, dado que el Barcelona había decidido rescindirle su contrato y no le interesó negociarlo. En este sentido se fichaje era cuestionado, por como había sido su salida del club catalán y las exigencias pretendidas por el jugador.
Es por ello que a Suárez se le hizo un contrato base que tenía una serie de variables y que el delantero se ha encargado de ir rompiendo a lo largo de su estadía en el Atlético, como por ejemplo la de dos bonificaciones por llegar a los 15 y a los 20 goles, justamente esta última es la que no está pudiendo romper.
Le primer ronda del torneo terminó con el uruguayo como Pichichi con un promedio increíble de gol, pero en la segunda rueda esto ha decaído dado que su rendimiento bajo junto con el del equipo y que se ha perdido algunos encuentros entre pequeñas lesiones y su contagio por la pandemia.
Pues bien, el segundo plus goleador se ha convertido en una auténtica maldición para un futbolista que lleva estancado en los 19 tantos desde el pasado 21 de marzo. Aquel día, con el Alavés como rival, firmó el 1-0 con un espectacular cabezazo que acabó siendo, Oblak paró un penalti al final, el gol que le dio a los del Metropolitano tres puntos vitales.
En este escenario llegan los tres últimos partidos, más bien las tres últimas finales. A los rojiblancos les está costando marcar (dos goles en las tres últimas jornadas) y necesitan que el charrúa recupere el impresionante ritmo goleador de algunas fases de la temporada, y le haga al equipo Colchonero tener que desembolsar una fortuna por otro objetivo alcanzado.
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