Por Tomás Valle
Cuando arribó Xavi Hernández al Barcelona, se valoró que los jugadores ya no sufrían las lesiones de antes de su llegada. Elogiaron el nuevo sistema de preparación física que había llevado a cabo el entrenador. Además, aprovecharon la situación para criticar el preparamiento que tenían los Culés con Ronald Koeman.
Luego, durante la presente temporada, pasado un Mundial donde el Barça aportó más jugadores que ningún otro equipo, la plantilla gozó de una buena salud plena, hasta el punto que durante muchas semanas Xavi tuvo a todos los jugadores disponibles. Pero los esfuerzos se pagan caro ante la falta de rotaciones.
Ousmane Dembélé, que estaba teniendo más continuidad que nunca, se rompió contra el Girona. Hasta ese momento, había disputado 28 de los 29 encuentros de la temporada con el Barça, más el Mundial de Qatar de por medio. No tuvo descanso y se rompió. Arrastra una rotura en el cuádriceps izquierdo, que tenía que estar seis semanas de baja, y ya va camino a los 3 meses.
La misma situación sucede con Pedri. Había jugado 27 de los 30 encuentros con el Barça, más el Mundial entero, y su cuádriceps derecho se venció contra el United. Tenía que estar cuatro semanas de baja. La próxima semana se cumplirán dos meses. Dembélé se ha perdido ya 13 encuentros, Pedri va por nueve.
Xavi perdió mucho con la ausencia de, probablemente, dos de los mejores jugadores de la plantilla y que mejor evolución habían tenido. El entrenador perdió velocidad y quiebre de líneas con la salida de Dembélé, quien le aportaba mucha dinámica al equipo, mientras que con Pedri sufrió la baja de muchas asistencias mágicas y llegadas al área rival.
21/12/2024
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