Se revela cómo quedó la relación entre Bellingham y Rüdiger tras el cruce en el entrenamiento

El Real Madrid vivió un momento de tensión puertas adentro que ahora salió a la luz. Según reveló Edu Aguirre en El Chiringuito, el pasado viernes se produjo un fuerte cruce entre Jude Bellingham y Antonio Rüdiger durante el entrenamiento en Valdebebas. Un "pique" entre dos figuras clave del equipo que encendió las alarmas, aunque finalmente no pasó a mayores.

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"Hubo un pique en el entrenamiento entre Rüdiger y Bellingham", soltó Aguirre en pleno directo, sorprendiendo a la mesa del programa. "Se dijeron de todo, estuvieron muy calientes", añadió.

El momento se habría producido durante una acción de juego en la que ninguno de los dos quiso ceder terreno. Las pulsaciones estaban altas y hubo gestos, gritos y tensión en el ambiente. Incluso algunos compañeros tuvieron que intervenir para calmar los ánimos.

Final en paz: apretón de manos y asunto cerrado

A pesar de la intensidad del cruce, el periodista aseguró que ambos jugadores resolvieron la situación con madurez:

"Se terminaron dando la mano", dijo Aguirre, dejando en claro que no hubo consecuencias más allá del momento puntual.

Este tipo de situaciones no es nuevo en un vestuario de alta exigencia como el del Real Madrid, donde el nivel competitivo es extremo y los entrenamientos se viven casi como partidos. Tanto Rüdiger como Bellingham son jugadores temperamentales, con carácter, y eso a veces genera chispazos. Pero lo importante es que el conflicto se resolvió rápidamente, sin afectar la dinámica del grupo.

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Valdebebas, en modo Champions

Desde dentro del club minimizan el episodio y destacan que el vestuario sigue tan unido como siempre. Carlo Ancelotti es experto en gestionar este tipo de situaciones, y sabe que este tipo de piques también reflejan el hambre de gloria que tiene el equipo en esta recta final de temporada.

Con los objetivos grandes aún en juego, el Madrid necesita a todos enchufados. Y tanto Bellingham como Rüdiger lo están. El choque quedó atrás, pero sirvió como muestra de la tensión competitiva que se respira en Valdebebas. Se dijeron de todo, sí. Pero también se dieron la mano.