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Así fue la polémica llegada de Fernando Redondo al Real Madrid y el problema que hubo con Figo

El exfutbolista argentino Fernando Redondo rememora su dolorosa salida del Real Madrid al Milan en el verano del año 2000.

Por Sebastián Hernadez

Fernando Redondo. Foto: redes deFernando Redondo.

Un movimiento que tomó por sorpresa tanto a los aficionados como al propio jugador. En declaraciones a La Nación, Redondo expresa su descontento con la forma en que se manejó su transferencia, a pesar de estar completamente identificado con el club blanco y tener la ilusión de seguir en un proyecto que había dado frutos, como la conquista de dos Champions en tres años.

Aquel verano, la llegada de Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid generó un ambiente de expectativa entre los aficionados, especialmente tras la reciente incorporación de Luís Figo. Sin embargo, la noticia de la venta de Redondo al Milan por aproximadamente 18 millones de euros (3.000 millones de pesetas) dejó un sabor amargo. Aunque el argentino había negociado una renovación de contrato con el entonces presidente Lorenzo Sanz, su salida fue inevitable tras la derrota electoral de Sanz.

El clamor del madridismo y la decisión final

La situación se tornó tensa cuando, mientras la prensa especulaba sobre su salida, Redondo reafirmó su deseo de quedarse en el club en una conferencia de prensa en Nyon, Suiza. Sin embargo, la oferta del Milan llegó en un momento crítico, generando una manifestación a las puertas del Santiago Bernabéu, donde 200 aficionados pedían que Florentino Pérez reconsiderara su decisión: “Figo, no; Redondo, sí”, se podía escuchar entre los cánticos de los seguidores.

Finalmente, en un giro inesperado, Redondo firmó el contrato con el Milan en los vestuarios de Nyon, minutos antes de un entrenamiento. A pesar de su tristeza por dejar el club, el argentino insistió en que no se marchaba por motivos económicos, insinuando que la decisión provenía del Real Madrid. “No me marcho por dinero”, declaró, revelando la confusión y tristeza que lo acompañaron en su adiós.

La despedida de un ídolo

La mañana de su salida, Redondo se encontró en un estado emocional delicado. Despertó solo en su habitación, abrumado por los acontecimientos, y se preparó para despedirse de sus compañeros en el desayuno. “Las lágrimas estuvieron a punto de aparecer, pero consiguió controlarlas”, se recordó en su despedida. Antes de la última rueda de prensa, manifestó su dolor: “Estoy muy bajo. Han querido ensuciar mi nombre. Voy a contar la verdad”.

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