Por Tomás Valle
La eliminación de la Selección de España a manos de Marruecos en los octavos de final del Mundial de Qatar 2022 dejó una penosa imagen en el control antidoping. Selim Amallah se encontraba haciendo una videollamada y se burló de Marcos Llorente, quien también había sido seleccionado para las pruebas.
Como la mayoría de los jugadores marroquíes, el precio de Amallah (jugó los siete partidos) se disparó y varios equipos se interesaron en él. Ahora bien, el contrato con su actual club, Standard Lieja, finaliza en junio de 2023 y él se negó a renovar para poder negociar con su próximo destino a partir de enero.
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Esta decisión del jugador produjo un fuerte enojo en la directiva del conjunto de Bélgica y decidieron apartarlo mandándolo al filial hasta que su vínculo finalice. Es decir, lo dejarán irse libre pero no volverá a jugar con el primer equipo en los próximos seis meses. "Hay que tener en cuenta ciertos valores y, en ocasiones, tomar decisiones difíciles. El club es el que marca el rumbo", lamentó el entrenador Ronny Deila.
"Hemos decidido enviar a Selim Amallah y otros tres jugadores más al filial. No haremos nada por aumentar el valor de mercado de futbolistas que se irán gratis. No vamos a hacer el trabajo sucio a otros equipos. Lo más fácil sería dejarles jugar, pero se convertiría en una señal peligrosa. Admitir que puedes seguir jugando y luego irte gratis sería la muerte del club".
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